jueves, 5 de febrero de 2009

los señores


Todos corren, mientras don dominio se sonroja al ver la muchachas desangradas. Es aquel, el que sube al podio y alza las manos, esas manos de negocios crueles y llorozos.
Ella escucha y su piel se pone alerta recibiendo los ocasos infames de el.
Entonces dejà los ojos como flores y colgà tu escudo de oracion, que de aquel hilo suelto se fue desarmando de manera insulsa.
Que no escapen asi las gotas de de singularidad madura mientras se esconde tu sudorosa lujuria personal.
Fiesta terrenal, se tumban los señores y las moscas como buitres escarban la tierra persiguiendo el aire ruidoso.

No vuelvas tan flexible tu escamosa frialdad.
Partir asi tu calma envuelta, perdiendo la racion.
Fijando tus pies en tu centro de atraccion
te mueve ese fragil soplido.
La tònica hermosura se rebalza sobre tus hombros
y el sepulcro fibroso te une a esa balsa con flores embichadas.

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